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miércoles, enero 27, 2010

Gonzalo Rojas "Dentrar" a picar

Gonzalo Rojas
Miércoles 27 de Enero de 2010
"Dentrar" a picar


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Al instalarse, el próximo Gobierno se va a encontrar con presupuestos en plena ejecución. Cientos de nuevos jefes de servicios y de profesionales a cargo de secciones administrativas conocerán, por lo tanto, unos números que expresan programas. Quizás experimenten de entrada la frustración de no haber podido planificar esas tareas por sí mismos, ya que obviamente las recibirán en pleno desarrollo, iniciadas por una administración Bachelet que las había previsto para un gobierno Frei.

Que no se molesten los nuevos funcionarios: eso es excelente, porque les permitirá durante todo el 2010 conocer en detalle la magnitud y la gravedad de las asignaciones de platas a programas de dudosa calidad técnica o de evidente sesgo cultural o político.

Sí: los jóvenes profesionales se van a encontrar, en áreas como medio ambiente, cultura, salud, artes, mujer, juventud, etnias, ciencia y tecnología, solidaridad, deporte, educación, patrimonio y quizás cuántas otras, con la más fantástica gama de instituciones e iniciativas que hayan podido imaginar, todas financiadas por el Estado. De algunas ya se sabe algo (¿se acuerdan de los volúmenes de dineros entregados por la Presidencia a las fundaciones de la izquierda y la DC?); de otras se ignora casi todo, y la sola difusión de los nombres y encargados será todo un aporte a la transparencia de los dineros públicos.

Porque de platas de todos los chilenos se trata, del IVA de los más pobres se trata, de los tributos de la clase media se trata. Y esos recursos, en miles de millones durante 20 años, han ido a parar a toda un área rara, a otro tipo de movimiento Okupa, a unas ONG, sociedades o personas individuales, que han auténticamente ocupado, copado, los flujos de adjudicación de esos dineros. En el pasado, en las pocas ocasiones en que se logró hacer alguna denuncia parcial sobre el tema, o la investigación se empantanó en la comisión parlamentaria o terminó con sanciones de Contraloría o judiciales. Pero la plata grande, el turro de dineros transferidos en dos décadas y, sobre todo, los beneficiarios de esos aportes, todo eso está aún en el limbo de la conciencia nacional. No les quedará otra a los nuevos jefes de servicio que hacer, cuando correspondan, las denuncias efectivas por programas mal ejecutados o simplemente nunca realizados.

Además, dentro de lo que aparecerá, hay proyectos que efectivamente han sido realizados, y son muchos.

Su problema no es por lo tanto ético, sino de orientación. A través de ellos conocerán los hombres de Piñera toda la batería de procedimientos de control cultural y moral que la izquierda gramsciana desplegó desde el Gobierno. Comprobarán que el cuco del que tanto se ha hablado durante los cuatro gobiernos de la Concertación se paseó muy bien vestido, a vista y paciencia de todos los chilenos, sembrando su concepción antinacional y anticristiana, casi sin contraste. Esa comprobación será toda una prueba de fuego para aquellos profesionales liberales del nuevo gobierno, porque los pondrá a pensar en serio en el bien común.

Todo lo anterior implicará evaluaciones a fondo y, por lo tanto, cortar o modificar programas para el año siguiente, con las consiguientes readecuaciones de personal. Nada de protección social para los que se cobijaron dentro del Estado simulando permanecer fuera. Habrá que "dentrar" a picar.

Ciertamente habrá voces que acusarán al nuevo gobierno de revanchista y discriminatorio. No será difícil afrontar esa crítica y desecharla, si se procede con gran claridad en la difusión de todos los pitutos y con total transparencia en las nuevas adjudicaciones de platas y programas.

FUENTE: EMOL