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lunes, septiembre 26, 2011

Cómo medir los resultados de una capacitación

Cómo medir los resultados de una capacitación
Las tareas menos atractivas para los profesionales de Recursos Humanos son, tal vez, las que implican formularios, estadísticas y mediciones. Sin embargo, son importantes porque impactan sobre la calidad de las prácticas. Las empresas buscan cada vez más implementar capacitaciones que incluyan la medición de los resultados. Lo que no está tan claro es cómo hacerlo.

Por Néstor Gutman*

La mayoría de las organizaciones que realizan capacitaciones relevan los resultados a través de comentarios espontáneos y encuestas de satisfacción, que realizan los participantes al finalizar el dictado. Si bien estas herramientas aportan información útil, no llegan a medir el efecto de lo aprendido en el puesto de trabajo. Es así que, muchas veces, todo lo interesante que puede haberse rescatado en el curso se pierde rápidamente en la abrumadora vorágine cotidiana, junto con el tiempo y el dinero invertidos.

La capacitación como proceso

Por lo antedicho, es necesario entender a la capacitación como un proceso, que comparten responsables de Recursos Humanos, consultores externos, jefes y los mismos participantes, y que incluye relevamientos, diseño de objetivos, contenidos y modalidad de actividades así como seguimientos, mediciones e informes.

La mayoría de los programas de liderazgo o comerciales desarrollan contenidos cualitativos, por lo cual su medición no es una ciencia exacta sino interpretativa. En tal sentido, se hace necesario pensarla en términos de indicadores, es decir, hechos observables que permitan luego cuantificar los resultados. Lo que vamos a observar en una capacitación, concretamente, es qué conocimientos y conductas tenía el participante antes del curso y cuáles después.

Para un curso de Administración Eficaz de Tiempos y Tareas, por ejemplo, un indicador podría ser el siguiente: '¿El participante pone límites precisos a las interrupciones? Totalmente - Bastante - Poco - Nada'. Así, la diferencia entre lo consignado antes y lo observado un tiempo prudencial posterior, nos ofrece una medida de lo aprendido.

Cabe agregar que, para que la observación no esté muy contaminada de elementos subjetivos, es recomendable que la validen dos o tres interlocutores autorizados: el jefe inmediato, el gerente, alguien de Recursos Humanos.

Diferentes herramientas para medir las capacitaciones

Existen diversas metodologías para medir las capacitaciones. Algunas requieren una gran inversión, mientras que otras son bastante sencillas y no implican prácticamente costo económico.

El modelo clásico es el que propone Donald Kirkpatrick a través de cuatro niveles de medición:
1. Reacción: mide el grado de satisfacción del participante respecto del curso. Se valoran variables tales como la aplicabilidad de los contenidos, la idoneidad del instructor, el aula, etc. Se instrumenta a través de una encuesta de satisfacción al final del curso. Es sencillo, económico y útil para relevar sensaciones, aunque subjetivo e insuficiente para constatar la transferencia de lo aprendido al puesto de trabajo.
2. Aprendizaje: mide el grado en que se incrementó un conocimiento o habilidad. Se realiza a través de test, evaluaciones y observaciones. Requiere el diseño de indicadores claros y preguntas específicas en relación a los objetivos de aprendizaje planteados. Es útil cuando trabajamos contenidos cognitivos o habilidades manuales, e inadecuado para medir competencias genéricas y actitudes.
3. Conducta: mide el alcance de la aplicación de lo aprendido en el puesto de trabajo. Se implementa a través de observaciones y entrevistas. Requiere definir claramente indicadores, una cierta inversión de tiempo y el compromiso de diversos actores. A la vez, permite constatar si se ha reducido la brecha entre las competencias del participante antes y después del curso.
4. Resultados: llamado test ácido –ya que puede tener un gusto amargo- mide cómo el cambio producido en el participante a partir de la capacitación impacta en los resultados del negocio. Les herramientas son los indicadores de negocio (volumen de ventas, rotación de personal, quejas de clientes, pérdidas, etc.) que, en este caso, requieren relacionarse con la capacitación. Esto último no es sencillo, teniendo en cuenta que hay que traducir resultados cualitativos a cuantitativos y que, además, son múltiples las variables que intervienen en los resultados comerciales. Se requiere un análisis objetivo que contemple las diferentes variables en su contexto y pondere el grado en que en el mismo ha impactado la capacitación.

Alineando la capacitación con los resultados del negocio: el ROI

En los últimos años comenzó a instalarse como nuevo paradigma de medición el ROI (Retorno en la Inversión). Algunos lo incluyen en el nivel de Resultados de Kirkpatrick mientras que otros lo consideran un quinto nivel. Desarrollado por Jack Phillips, se orienta a alinear prácticas organizacionales con los objetivos del negocio. En el área de Recursos Humanos, esta tendencia se refleja en el surgimiento del Human Resources Business Partner, un generalista que comprende las necesidades del negocio e implementa acciones coherentes.

El ROI propone una fórmula, en principio, sencilla: ROI= Beneficios/ Costes

Aplicado a la capacitación esta fórmula se leería de la siguiente manera: beneficios económicos de hacer la capacitación sobre los costos de su implementación.

Donde si
B / C >1, la capacitación produjo ganancia.
B / C = 1, la capacitación no produjo ganancia ni pérdida.
B / C <1, la capacitación produjo pérdida.

Esta fórmula puede resultar atractiva para no matemáticos que de repente descubren en los números una respuesta a problemas subjetivos. De hecho, puede ser útil cuando está bien implementada. Sin embargo, corresponde advertir alcances y límites.

El ROI funciona bien cuando la capacitación está directamente relacionada con resultados cuantitativos y, en lo posible, sin otras variables que contaminen el resultado. Por ejemplo, una capacitación en técnicas de venta en donde, por otro lado, no intervienen acciones de Marketing. En ese caso, cabe el ROI para calcular incremento posterior en las ventas sobre el costo de la capacitación.

Cuando se trata de capacitaciones cualitativas (Liderazgo, Comunicación, etc.) la ecuación es difícil. Hay que considerar los beneficios en términos cuantitativos: ahorros y beneficios que genera (reducción de litigios, rotación de personal, quejas, etc.), todo eso llevado a números.

Al mismo tiempo, hay que contemplar otras acciones de la organización que impactan en los resultados (aumentos de sueldo, cambios de contexto, etc.). Esto hace muy difícil lograr una fórmula pura.

Sumado a lo anterior, cuando la fórmula se utiliza por anticipado (para decidir si conviene en términos económicos hacer o no la capacitación), las apreciaciones suelen ser bastante subjetivas.

Una perspectiva amplia

Posiblemente sea conveniente no dejarse encandilar por modas ni simplificaciones, y mantener una perspectiva amplia: utilizar el ROI -cuando la situación lo permite-, encuestas, observaciones y, por qué no, los comentarios espontáneos, sabiendo que son expresiones subjetivas no por ello menos valiosas.


*Consultor en Capacitación y Desarrollo, Licenciado en Dirección y Organización Institucional (UNSAM), Certificado en Tecnologías del Desempeño Humano (ISPI—USA), Músico.

Las tareas menos atractivas para los profesionales de Recursos Humanos son, tal vez, las que implican formularios, estadísticas y mediciones. Sin embargo, son importantes porque impactan sobre la calidad de las prácticas. Las empresas buscan cada vez más implementar capacitaciones que incluyan la medición de los resultados. Lo que no está tan claro es cómo hacerlo.


La mayoría de las organizaciones que realizan capacitaciones relevan los resultados a través de comentarios espontáneos y encuestas de satisfacción, que realizan los participantes al finalizar el dictado. Si bien estas herramientas aportan información útil, no llegan a medir el efecto de lo aprendido en el puesto de trabajo. Es así que, muchas veces, todo lo interesante que puede haberse rescatado en el curso se pierde rápidamente en la abrumadora vorágine cotidiana, junto con el tiempo y el dinero invertidos.

La capacitación como proceso

Por lo antedicho, es necesario entender a la capacitación como un proceso, que comparten responsables de Recursos Humanos, consultores externos, jefes y los mismos participantes, y que incluye relevamientos, diseño de objetivos, contenidos y modalidad de actividades así como seguimientos, mediciones e informes.

La mayoría de los programas de liderazgo o comerciales desarrollan contenidos cualitativos, por lo cual su medición no es una ciencia exacta sino interpretativa. En tal sentido, se hace necesario pensarla en términos de indicadores, es decir, hechos observables que permitan luego cuantificar los resultados. Lo que vamos a observar en una capacitación, concretamente, es qué conocimientos y conductas tenía el participante antes del curso y cuáles después.

Para un curso de Administración Eficaz de Tiempos y Tareas, por ejemplo, un indicador podría ser el siguiente: '¿El participante pone límites precisos a las interrupciones? Totalmente - Bastante - Poco - Nada'. Así, la diferencia entre lo consignado antes y lo observado un tiempo prudencial posterior, nos ofrece una medida de lo aprendido.

Cabe agregar que, para que la observación no esté muy contaminada de elementos subjetivos, es recomendable que la validen dos o tres interlocutores autorizados: el jefe inmediato, el gerente, alguien de Recursos Humanos.

Diferentes herramientas para medir las capacitaciones

Existen diversas metodologías para medir las capacitaciones. Algunas requieren una gran inversión, mientras que otras son bastante sencillas y no implican prácticamente costo económico.

El modelo clásico es el que propone Donald Kirkpatrick a través de cuatro niveles de medición:
1. Reacción: mide el grado de satisfacción del participante respecto del curso. Se valoran variables tales como la aplicabilidad de los contenidos, la idoneidad del instructor, el aula, etc. Se instrumenta a través de una encuesta de satisfacción al final del curso. Es sencillo, económico y útil para relevar sensaciones, aunque subjetivo e insuficiente para constatar la transferencia de lo aprendido al puesto de trabajo.
2. Aprendizaje: mide el grado en que se incrementó un conocimiento o habilidad. Se realiza a través de test, evaluaciones y observaciones. Requiere el diseño de indicadores claros y preguntas específicas en relación a los objetivos de aprendizaje planteados. Es útil cuando trabajamos contenidos cognitivos o habilidades manuales, e inadecuado para medir competencias genéricas y actitudes.
3. Conducta: mide el alcance de la aplicación de lo aprendido en el puesto de trabajo. Se implementa a través de observaciones y entrevistas. Requiere definir claramente indicadores, una cierta inversión de tiempo y el compromiso de diversos actores. A la vez, permite constatar si se ha reducido la brecha entre las competencias del participante antes y después del curso.
4. Resultados: llamado test ácido –ya que puede tener un gusto amargo- mide cómo el cambio producido en el participante a partir de la capacitación impacta en los resultados del negocio. Les herramientas son los indicadores de negocio (volumen de ventas, rotación de personal, quejas de clientes, pérdidas, etc.) que, en este caso, requieren relacionarse con la capacitación. Esto último no es sencillo, teniendo en cuenta que hay que traducir resultados cualitativos a cuantitativos y que, además, son múltiples las variables que intervienen en los resultados comerciales. Se requiere un análisis objetivo que contemple las diferentes variables en su contexto y pondere el grado en que en el mismo ha impactado la capacitación.

Alineando la capacitación con los resultados del negocio: el ROI

En los últimos años comenzó a instalarse como nuevo paradigma de medición el ROI (Retorno en la Inversión). Algunos lo incluyen en el nivel de Resultados de Kirkpatrick mientras que otros lo consideran un quinto nivel. Desarrollado por Jack Phillips, se orienta a alinear prácticas organizacionales con los objetivos del negocio. En el área de Recursos Humanos, esta tendencia se refleja en el surgimiento del Human Resources Business Partner, un generalista que comprende las necesidades del negocio e implementa acciones coherentes.

El ROI propone una fórmula, en principio, sencilla: ROI= Beneficios/ Costes

Aplicado a la capacitación esta fórmula se leería de la siguiente manera: beneficios económicos de hacer la capacitación sobre los costos de su implementación.

Donde si
B / C >1, la capacitación produjo ganancia.
B / C = 1, la capacitación no produjo ganancia ni pérdida.
B / C <1, la capacitación produjo pérdida.

Esta fórmula puede resultar atractiva para no matemáticos que de repente descubren en los números una respuesta a problemas subjetivos. De hecho, puede ser útil cuando está bien implementada. Sin embargo, corresponde advertir alcances y límites.

El ROI funciona bien cuando la capacitación está directamente relacionada con resultados cuantitativos y, en lo posible, sin otras variables que contaminen el resultado. Por ejemplo, una capacitación en técnicas de venta en donde, por otro lado, no intervienen acciones de Marketing. En ese caso, cabe el ROI para calcular incremento posterior en las ventas sobre el costo de la capacitación.

Cuando se trata de capacitaciones cualitativas (Liderazgo, Comunicación, etc.) la ecuación es difícil. Hay que considerar los beneficios en términos cuantitativos: ahorros y beneficios que genera (reducción de litigios, rotación de personal, quejas, etc.), todo eso llevado a números.

Al mismo tiempo, hay que contemplar otras acciones de la organización que impactan en los resultados (aumentos de sueldo, cambios de contexto, etc.). Esto hace muy difícil lograr una fórmula pura.

Sumado a lo anterior, cuando la fórmula se utiliza por anticipado (para decidir si conviene en términos económicos hacer o no la capacitación), las apreciaciones suelen ser bastante subjetivas.

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SaludosRodrigo González FernándezDiplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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 CEL: 93934521 Santiago- ChileSoliciten nuestros cursos de capacitación  y consultoría en GERENCIA ADMINISTRACION PUBLICA -LIDERAZGO -  GESTION DEL CONOCIMIENTO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – COACHING EMPRESARIAL-ENERGIAS RENOVABLES   ,  asesorías a nivel nacional e  internacional y están disponibles  para OTEC Y OTIC en Chile

Lenguaje corporal y marketing político

 

Lenguaje corporal y marketing político


Los gestos dicen lo que las palabras callan. Es un viejo descubrimiento de la psicología que tiene una inmensa utilidad en el mundo de hoy, cuando la política se ha transformado en espectáculo.

Muchas campañas electorales desconocen este hecho y multiplican sus riesgos y sus márgenes de error. Entonces:
  • el candidato pierde votos porque su lenguaje corporal transmite un mensaje totalmente diferente, y a veces hasta opuesto, a su mensaje verbal
  • su campaña electoral pierde la oportunidad de corregir estos aspectos porque ni siquiera los tiene en agenda
  • su campaña electoral no detecta los errores de comunicación no verbal del candidato adversario y por lo tanto no puede aprovecharlos
  • su campaña electoral tampoco detecta las emociones del otro candidato, presentes pero casi invisibles en su cuerpo
  • el candidato debilita sus presentaciones en radio, televisión y mitines
  • las falsedades y mentiras que otro candidato dice pasan desapercibidas o por lo menos quedan sin verificar ni demostrar
Leer la política más allá de las palabras puede ser un diferencial enorme para una campaña electoral. Maquiavelo&Freud lo explica claramente en varios pasajes, especialmente en el capítulo dedicado a la confianza del elector en el político. Allí se incluyen, por ejemplo y entre otras cosas, 20 señales cuya presencia permite sospechar acerca de la veracidad de lo dicho por un político.

Es que la observación inteligente del lenguaje corporal propio y ajeno es una herramienta de alto impacto en una campaña electoral. Una habilidad que todo equipo de campaña debe cultivar y desarrollar. El consejo es obvio: no te enredes en las palabras, no te quedes atrapado solo por ellas. Observa lo que dice el cuerpo, y a partir de allí saca conclusiones y actúa.

El tema salió del ámbito científico y académico y llegó al gran público gracias a una serie televisiva de la cadena norteamericana Fox. La serie se llama Lie to me (Miénteme) y su repercusión popular llevó el análisis del lenguaje corporal a los medios de comunicación masivos. Te sugiero ver el siguiente video para ilustrar el asunto.



En Maquiavelo&Freud vas a encontrar más, mucho más, sobre estos temas. En realidad no es simplemente un libro. Es un sistema de marketing político basado en la psicología y que puede ser aplicado con éxito hasta por la más pequeña campaña electoral. Te recomiendo no perder un solo minuto y descubrir ya mismo el valor agregado que significa esta propuesta diferente.

Click aquí para ver más detalles de Maquiavelo&Freud

 
 

Saludos
Rodrigo González Fernández
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Mentoring organizacional, todos crecen

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En Reino Unido está de moda desarrollar programas de tutoría para ayudar a las mujeres a entrar en la alta dirección.

Mentoring organizacional, todos crecen

Hoy la formación ha cambiado, dando paso a la adquisición de nuevas habilidades, pero a beneficio de una organización que lo necesita.

Escrito por: Altonivel

La mayoría de las personas que se familiariza con el mentoring conoce el concepto tradicional; ese donde un hombre de edad y con mucha experiencia en los negocios pasa su conocimiento a los líderes de las empresas, o que postulan a serlo. Sin embargo, la estructura organizativa de hoy permite generar otro tipo de esquemas, algunos mucho más flexibles.

Lo mentores de hoy, por ejemplo, más que actuar como profesores, facilitan y acompañan el proceso de aprendizaje, lo que permite al individuo tomar posesión de su propio desarrollo.

La evolución de estas técnicas permite también generar esquemas masivos para empresas, departamentos o pequeños grupos que buscan, entre todos, mejorar sus actitudes. Eso lo que sucede con el Mentoring Organizacional.

El enfoque de la organización

Las organizaciones están adoptando cada vez más la tutoría como una forma efectiva de desarrollo personal, pero en un contexto determinado. Así, la formación tiene su lugar en la adquisición de nuevas habilidades, pero a beneficio de una organización que lo necesita.

Según Anna Britnor, cofundadora y directora de Laureate Ltd, empresa especializada en programas de orientación y tutoría en el sector de TI, los beneficios que resultan de este enfoque se manifiestan en una mayor productividad y rentabilidad, mejor comunicación, moral, lealtad, disminuyendo a su vez la rotación de personal.

"Las empresas tienen la obligación de proporcionar mentores para asegurar que los participantes tengan las competencias adecuadas y la actitud para desempeñar un papel específico en la empresa", dijo la ejecutiva.

Este enfoque puede tomar muchas formas. Algunas organizaciones, entre ellas los principales bancos del Reino Unido, han desarrollado programas de tutoría para empleados específicos, por ejemplo, para ayudar a las mujeres o los pertenecientes a grupos étnicos a entrar en la alta dirección.

Otro modelo va directamente contra lo tradicional –hablar de mayor a menor o de mentor a alumno-, puesto que se enseña al aprendiz a sentirse y ser de una categoría equivalente, estar al mismo nivel, o incluso que el mentor sea "inferior" al aprendiz.

Se dice mucho que este enfoque es apropiado para ayudar a las mujeres de niveles medios en la empresa para avanzar a puestos más altos y eliminar las barreras autoimpuestas.

Cuando se cumplen estos criterios, los mentores y aprendices pueden emprender juntos un hacia el logro de su potencial, tomando en cuenta los objetivos de la empresa.

Fuente:altonivel

SaludosRodrigo González FernándezDiplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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