Senador Orpis revela estudio que muestra que un 72% de los robos cometidos por delincuentes son bajo los efectos de la cocaína
En un mundo mediático en que el tema de seguridad ciudadana se ha transformado en un problema político ha impedido analizar en profundidad este tema que se traduce en abordar políticas públicas erróneas que apuntan a los efectos y no las causas del fenómeno.
Así planteado el problema los resultados no sólo seguirán siendo negativos sino que continuarán agudizándose.
Desde hace varios años estudios de diversa naturaleza nos muestran que existe una relación directa entre el consumo de drogas y el fenómeno delictual. Se produce por dos razones. Consumir cuesta caro y para hacerlo cuando no se tienen recursos se recurre especialmente al robo o hurto. Pero además esta conducta se reafirma por un problema fisiológico. El consumidor habitual frente a la abstinencia sufre angustia y para superarla debe volver a consumir.
Ya en el estudio efectuado en el año 2002 entre CONACE y Gendarmería aparece en segundo lugar como una de las principales razones por las cuales la población penal comete delitos. Este análisis fue ratificado en el año 2005 por la Fundación Paz Ciudadana. En todas las comisarías se le práctico test de droga a quienes habían detenidos por delitos flagrantes.
Entre quines habían cometido robo con fuerza, un 72% estaba bajo los efectos de cocaína / pasta base y un 48% marihuana ( policonsumo).
En el caso del robo con violencia; un 74% estaba bajo los efectos de la cocaína o la pasta base y un 42% con marihuana.
Tratándose del hurto; un 54% estaba bajo los efectos de la cocaína/pasta base y un 33% marihuana y en el caso de lesiones algo similar.
En los detenidos por tráfico de drogas un 88% arrojo positivo, 93% de los detenidos por porte y un 89% por consumo, es decir 9 de cada 10 detenidos por ley de drogas arrojo positivo muy centrado en la cocaína y pasta base.
De este universo estudiado, 86,3% había sido detenido durante los últimos 12 meses, es decir ya se habían iniciado en el círculo del delito para financiar consumo
Por esta razón, la droga quiebra por completo los esquemas tradicionales a través de los cuales debe analizarse el fenómeno. En el esquema tradicional, la motivación original del delincuente es delinquir, en cambio en el consumidor de droga el inicio no está en la delincuencia sino que en la adicción y dependencia. Lo más delicado de este fenómeno, es que una población que en el origen no tenía una motivación delictual al pasar a formar parte de ella toma sus prácticas, costumbres, sus métodos que aún cuando sean rehabilitados está el riesgo de permanecer en el mundo del delito.
Hoy día sin embargo se ha agregado otro elemento. La violencia. Es cada vez
más frecuente advertir que no sólo existe un fenómeno de delincuencia, sino que de delincuencia con una mucho mayor violencia. Existe un desprecio total por la víctima en que se aplica violencia innecesaria que no formaba parte en las conductas del delincuente que tradicional. Para el delincuente hoy en muchos casos le es indiferente la vida de la víctima.
¿ Que marca esta diferencia? La pasta base. En la Corporación La Esperanza, habiendo conversado con muchos residentes en rehabilitación, he llegado a la conclusión que en el tema de la violencia está completamente asociada a la pasta base. Esta droga provoca tal angustia entre quienes la consumen que sienten un total desprecio por la vida, la víctima, pierden completamente la noción de la realidad, los afectados no son sólo terceros desconocidos sino que el entorno más cercano como es la familia o los hijos pasan a tener esa misma categoría. El consumidor de cocaína igual se ve obligado a delinquir para financiar consumo, pero no aplica este grado de violencia.
Las políticas públicas no dan cuenta de ninguno de estos fenómenos en que lo único aconsejable es ampliar drásticamente la cobertura en rehabilitación. En la ley de responsabilidad Juvenil se ha levantado una oferta de rehabilitación pésimamente mal implementada que al paso que vamos sus efectos serán prácticamente nulos. En la población penal, que hoy supera las 40.000 personas, en que un porcentaje importante de ella es adicta me atrevería a decir que no existen más de 500 cupos y finalmente en la población general donde es fundamental atacar con fuerza el tema de la rehabilitación y prevención para que las personas no ingresen al circulo del delito la cobertura es mínima. La rehabilitación fue incorporada al AUGE sin resultados. Hoy día la población que presenta consumos problemáticos supera las 200.000 sin embargo la cobertura de rehabilitación escasamente alcanza a 15.000 cupos, en su inmensa mayoría con programas bastantes básicos que tampoco tienen efecto.
Chile ha tenido la virtud que respecto de temas de Estado, los dos principales Alianzas políticas han logrado acuerdos importantes para el país.
En materia de seguridad ciudadana se acordó una agenda corta. Sin embargo sin esta no incorpora el tema de la rehabilitación y prevención de droga como uno de sus ejes principales los resultados finales seguirán siendo negativos, porque en definitiva esta es la causa que en gran parte explica la delincuencia de hoy.
De las menciones que tiene la agenda corta en esta materia es otorgar un beneficio tributario a instituciones que se dedican a la prevención y rehabilitación para crear nuevas instituciones o las existentes amplien su cobertura.
Ha sido imposible hasta fecha concordar con el gobierno un incentivo potente que logre marcar una diferencia respecto de otros incentivos tributarios para inclinar la balanza hacia este tema que es el que más preocupa a la ciudadanía hoy. Pero es necesario ir mucho más allá que el otorgar un beneficio tributario. Resulta fundamental rectificar la rehabilitación en la ley de responsabilidad Juvenil y el AUGE porque no están funcionando. Hay que abordar la prevención como obligatoría en los colegios donde hoy día existe consumo y tráfico masivo al interior de los establecimientos y finalmente ampliar la cobertura de programas intensivos destinados a la población general.
Hace más de una década ya en Chile partimos con niveles altos de consumo. No se tomaron las medidas adecuadas y continuaron expandiéndose. Posteriormente tuvimos señales que se deba un segundo paso en esta escalada representada por la relación droga delincuencia, para finalmente terminar en una escalada peor aún. Droga, delincuencia, violencia.
En síntesis:
Resulta fundamental cambiar el eje de la discusión pública, sacarla de la discusión política y abordarla desde un punto de vista técnico que debe estar centrada en la prevención del delito y la rehabilitación y no en aumento de penas y cárceles:
.- Rectificación en la implementación de la ley de responsabilidad penal juvenil en materia de rehabilitación.
.- Rectificación del AUGE.
.- Rehabilitación al interior de las cárceles.
.- Prevención obligatoria en todos los colegios del país
.- Rectificación urgente y profunda del programa 24 horas
JAIME ORPIS BOUCHON
Senador de la Republica
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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