La República Bolivariana de Argentina
Hugo Chávez separó las aguas y se ubicó en la orilla opuesta al Derecho Humanitario Internacional, reivindicando airadamente a las FARC a las que adjudicó la categoría de fuerza beligerante - "no terrorista", lo cual se podría interpretar de acuerdo a los argumentos planteados por el dictador venezolano, que estos guerrilleros se vieron obligados a secuestrar, torturar y asesinar en pos de sus objetivos de justicia social.
Luchadores sociales e idealistas revolucionarios comparten un proyecto bolivariano común al gobierno de Venezuela, afirmó Chávez, sustentando el accionar de esos perversos narcoterroristas y procurando la comprensión internacional para el cambio de rubro, de terroristas a Jóvenes Idealistas, tal como sucedió en Argentina con esos grupos armados que habían sembrado el terror en un pasado reciente.
Una condena internacional de repudio a esta apología terrorista siguió al discurso de Chávez, alzándose voces condenatorias en las mas variadas latitudes, sin embargo el silencio de los socios regionales del tirano bolivariano pareció confirmar en un todo un pensamiento funcional respecto a los ideólogos que en el siglo pasado promovieron el terrorismo como medio de acción política..
El gobierno argentino no se expidió ante esta retorcida interpretación de su par venezolano. La contestaria Presidente, Cristina Kirchner ignoró por completo en sus monólogos de atril lo sustentado por su socio carnal, tratando de mantenerse al margen de la cuestión.
Pero la conocida estrategia del matrimonio Kirchner, que cuando los acontecimientos los superan utilizar el equipo de voceros oficiosos siempre dispuestos a asumir cualquier situación de riesgo que pueda comprometer a la Señora, una Presidente que se encuentra en resguardo obligatorio ante la gravedad de las repercusiones provocadas por las incontinencias del íntimo compañero de ruta, Hugo Chávez Frías.
Distintos personajes del ámbito oficial desfilaron por diferentes espacios mediáticos, todos con una indefinida dialéctica pero respondiendo a un libreto común, no criticar a Chávez ni cuestionar las metodologías de las FARC. Ambiguas declaraciones de los Fernández, las que sin condenas para los terroristas derivaron a esa gestión "humanitaria" perseguida por el gobierno y mostrada como responsable efectiva en materia de derechos humanos, tanto en Argentina como en América Latina toda, manifestándose especialmente preocupados por la lucha contra el terrorismo en el mundo.
Según la versión del diputado Carlos Kunkel, acérrimo intérprete del pensamiento oficial y quien había revistado en el pasado en las filas de la guerrilla montonera, con orgullo definió alegremente que hoy se han podido demostrar los objetivos de esas luchas de toda una vida, afirmando que en el caso de las FARC se trata de un ejército beligerante que ocupa desde hace mas de cuarenta años un amplio espacio del territorio colombiano, agregando que en su momento Montoneros en Argentina, no constituían una organización terrorista como se la quiere identificar ahora.
Esta actitud de funcionarios, legisladores y seguidores del gobierno kirchnerista de negar una realidad, es coherente con la defensa de sus propias culpabilidades, ya que Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), habían dispuesto tomar el poder por las armas durante gobiernos constitucionales en las décadas del 60, 70 y 80, y tal como las FARC contaban con el apoyo logístico de la Revolución Cubana, empleando los mismos métodos que sus homólogos colombianos, es decir, secuestros, asesinatos y atentados terroristas indiscriminados.
No es casual el ataque permanente al gobierno de Alvaro Uribe, a quien no se le perdona su tenacidad por revertir la situación que viene soportando Colombia y que ha llevado en los últimos tiempos a un continuo
arrinconamiento de la banda narcoterrorista, confinándola al territorio selvático.
Un Chávez debilitado y cuestionado en su propio país se apoya ahora en las FARC como recurso desesperado, mientras la organización guerrillera utiliza la complicidad de varios estados que como el argentino le brindan un apoyo encubierto por considerarlos compañeros de ruta en el proyecto de instalar el castromarxismo en la región.
Se podría decir que ha nacido la República Bolivariana de Argentina, donde las FARC son consideradas solo una "fuerza beligerante" en Colombia, la ETA un movimiento independentista del País Vasco, Hizbollah un partido político democrático del Líbano y Cuba un estado democrático respetuoso de los derechos humanos.
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
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