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viernes, agosto 08, 2008

Érika Zamorano Zamora, directora ejecutiva de la Fundación Iván Zamorano:

responsabilidad social empresarial:
 
 
Érika Zamorano Zamora, directora ejecutiva de la Fundación Iván Zamorano:

"Nuestros apellidos son un sello de emprendimiento familiar"

El lado más elegante, femenino, asertivo y natural del emprendimiento parecen encontrase armoniosamente en una mujer que se declara feliz por ser reconocida como "la hermana de". A pesar de ello, Érika Zamorano tiene un sello propio que desde hace nueve años la tiene el frente de una Fundación que busca traspasar los principios y valores de su familia a los niños, "pues en ellos está el futuro del emprendimiento nacional".
 

Son pocos los ejemplos de superación y esfuerzo que cuentan con un amplio reconocimiento nacional e internacional, como lo realizado por Iván Zamorano a lo largo de su vida. Son más de 6 mil los resultados ligados a este ex futbolista los que arroja Internet al buscar la palabra "emprendimiento" y aún más las personas que directa o indirectamente han visto en él un espejo de cómo surgir en la vida.

¿Pero cómo puede un ser humano igual a otros traspasar este legado ejemplar a más y más chilenos? Las horas no alcanzan y los viajes hacen casi imposible que Iván esté físicamente en Chile tanto tiempo como quisiera. A esto se suma que es prácticamente imposible que otros logren transmitir los mismos valores sin distorsionarlos.

Es aquí donde cobra relevancia el rol de su hermana, Érika, a quien muchos reconocen como "la hermana de", pero que muy pocos se dan cuenta lo difícil que puede resultar cumplir con ese rol de manera brillante y responsable. "No hay secretos", asegura esta esposa y madre de dos hijas, que desde hace 9 años se encuentra a la cabeza de la Fundación que lleva el nombre de su hermano.

¿Cuál es el secreto de los Zamorano?
Lo primero es comentar que no se puede dejar fuera al otro 50% de la familia, los Zamora. Mi madre fue un puntal en los momentos en que Iván y yo éramos jóvenes. Más tarde sucedió la muerte de nuestro padre y fue ella la que se hizo cargo de todo, a pesar de que tenía una pena muy grande. Por eso no podíamos dejar que se hundiera. "Sácate la mejor nota hoy para que mi mamá esté contenta", me decía Iván.

Luego él se fue al norte...
Exacto. Nuestra situación no era de las mejores y con mi mamá tuvimos que ingeniar la forma de salir adelante sin impedir el desarrollo profesional de Iván.

¿Y cómo lo hicieron?
Utilizando la capacidad que uno tiene de superar adversidades y querer ser algo más en la vida. Yo vengo de una familia con mucha garra, de mucho sacrificio. La cosa no parte con Iván, él es la copia de mis abuelos que llegaron de fuera de Santiago, uno minero y el otro albañil. Ambos querían lograr sus sueños, como tener una casa propia, tanto así que los dos hicieron sus casas con sus propias manos.

Pero en lo práctico, ¿cómo superaron esta etapa?
Primero con la seguridad de que seríamos capaces de salir de ésta y otras situaciones adversas, y segundo, generar una unión familiar en torno a la comunicación. Los tres llegamos a ser uno en algún momento. Si mamá flaqueaba, estábamos junto a Iván para apoyarla...

Pero si él se fue al norte y luego a Europa...
Por esa razón es que cuando Iván sintió que la distancia tendía a romper ese núcleo, se la llevó. Yo tenía mi familia, mi marido y mis hijas, pero ellos sólo se tenían el uno al otro.


Nueva vida

¿Junto con el desarrollo familiar buscaron objetivos materiales?
Obvio, pero sin transar los valores. Crecimos, por ejemplo, sin automóvil, pero no por ello dejábamos de ir a todas partes. Tomábamos la micro y partíamos donde fuera, nunca nos quedamos sin hacer las cosas por no tener los medios.

¿Cambió la vida familiar con el éxito de Iván?
Sería una mentira decirte que no, pero tampoco ha variado tanto. Los más pequeños entienden que tenemos familia que vive en lugares con problemas graves de riesgo social y ello no impide que nos acompañen a visitarlos a sus hogares.

¿Y cómo toman esto?
Con naturalidad. Mis hijas y mis sobrinos, tienen una visión muy amplia de los vaivenes de nuestra vida y no me cabe duda que poseerán la sensibilidad social que tenemos como familia.

¿Tan segura estás de eso?
Totalmente. Ellas son muy preguntonas y en vez de evadir respuestas las invitamos a ser partícipes de lo que hacemos y lo que ha costado construirlo.

¿No temes que piensen que la vida es fácil?
A los hijos hay que darles lo que necesitan y no lo que ellos quieren. Las mías saben que todo llega a su debido tiempo, de acuerdo a sus etapas y siempre les estamos recordando lo que cuestan las cosas.

¿Te imaginas si salen empresarias?
Son pequeñas aún, pero si ellas muestran el interés yo las apoyaré con mucha alegría. Obviamente que cuando uno construye cosas tan lindas como la Ciudad Deportiva o la Fundación, dan ganas de que los hijos sigan con el legado, pero en ningún caso se lo vamos a imponer.

Se nota que los niños y tu rol maternal son el motor de tus acciones. ¿Es correcto?
Así es. De hecho abandoné mis estudios de contabilidad y auditoría por formar una familia. De inmediato busqué ser mamá, pero no lo logré hasta los cuatro años de casada, con el nacimiento de Gabriela en el año 1998.

¡Hasta en eso saliste emprendedora!
Y por partida doble pues dos años más tarde nació Rocío. Pero esa etapa ya la cumplí y ahora vienen otras pendientes, como volver a clases.

¿Contabilidad?
No, cursos de Responsabilidad Social Empresarial y otros que tengo en mente.


Clon de Iván

¿Cómo llegas al frente de la Fundación Iván Zamorano?
En realidad fue una idea de Iván, para poder devolver a Chile todo el cariño y amor que recibió, mediante una institución dedicada a ayudar a los niños, el segmento de personas que mejor lo representa. No en vano es embajador de la Unicef.

¿Te costó involucrarte en este proyecto?
Para nada. Yo ya estaba ligada al trabajo social con niños por más de veinte años en la parroquia donde me crié. La Fundación, que ya cumplió 11 años, me ha permitido seguir ligada al trabajo social.

¿Y en qué consiste el trabajo de la Fundación?
En transmitir los valores de nuestra familia a los más pequeños mediante el deporte y la actividad física.

¿Qué valores?
Son diez, pero uno de ellos, por ejemplo, es la superación, una característica con que los niños mejor identifican a Iván. Y eso lleva al emprendimiento, lo que se torna importante pues los niños de hoy son los futuros empresarios del mañana y sin valores, se perdería la calidad humana que debe existir en toda empresa.

Debe ser difícil para alguien como Iván que pasa con su agenda copada el entregar directamente estos valores a miles de niños chilenos.
Bueno, para eso estoy yo. ¿Qué persona puede representar mejor a Iván y los valores de nuestra familia sin intervenirlos? Yo, su hermana. Así lo piensa él y por eso me dio la responsabilidad de comandar su Fundación.

¿Y qué ha sido lo más difícil al momento de responder a esa confianza?
Generar la presencia intelectual de Iván en cada cosa que hacemos, a pesar de que muchas veces no está físicamente. Esto se volvió una necesidad desde el tiempo en que él aún era futbolista activo y se encontraba fuera de Chile.

¿No te molesta quedar estigmatizada como la hermana de?
Todo lo contrario, me llena de orgullo. La gente reconoce que soy la hermana de Iván y eso, lejos de molestarme, me demuestra que hago muy bien mi trabajo pues a través de mi persona se sienten cercanos a mi hermano y, por ende, a su obra.

Pero deben existir diferencias...
No tener diferencias es justamente el mayor logro que se me reconoce. Si te pones a pensar, mira lo difícil que resulta ser la extensión de otro, por muy hermano que éste sea. Quizá mi sello va por ser mujer y madre, condiciones que Iván jamás tendrá y en ese sentido hago valer estas características en el trabajo con los niños.

Mente y cuerpo sano

Para Érika, así como para toda su familia, el deporte ha sido una herramienta fundamental para emprender y es vital para el trabajo que realiza la Fundación que dirige. "Para nosotros el deporte nos ayudó a salir adelante en los momentos más complicados de la vida", reconoce.

¿Tanto así?
Es que la actividad física libera tensiones, saca el estrés, te obliga a mejorar la alimentación, a no trasnochar y a generar una alta capacidad de concentración.

¿Fuiste deportista tú también?
Futbolista, como Iván (risas). La verdad es que jugué mucho tiempo básquetbol, nada más. Pero cuidado con confundir el deporte competitivo con la actividad física.

¿Diferencias?
El deporte es una expresión mucho más completa que jugar tenis, fútbol o básquetbol, por dar ejemplos. Si no eres un deportista profesional, igualmente puedes involucrar rutinas físicas a tu vida diaria, como el trote o hasta el simple hecho de bajarte unas cuadras antes del lugar de trabajo y caminar. Con ese simple acto, ya estás dejando que el deporte forme parte de tu rutina diaria.

¿Y ves alguna conexión entre el deporte y el emprendimiento?
Yo estoy convencida y trabajo para que el deporte se instrumentalice en función del emprendimiento. Así habría más gente dinámica y sin estrés, por ejemplo.

Mente sana en cuerpo sano...
Claro. El deporte ayuda a tener una buena salud física y mental.

Capacitación intelectual

¿Qué sabes de las Pyme?
Más que datos técnicos, percibo que este sector es presentado por los medios de comunicación con un tono castigador, mostrándolo siempre como un grupo muy necesitado. No me parece bien estigmatizarlo.

¿Sientes que los medios no destacan lo positivo?

No se interesan por lo que uno hace bien. La Fundación, por ejemplo, tiene muchas actividades abiertas a la comunidad, pero los medios asisten para obtener declaraciones de Iván sobre temas muy distintos a los que nosotros queremos. Cuesta que las cosas positivas llenen la agenda noticiosa.

El sacerdote Felipe Berríos ha dicho que las Pyme son mostradas como "los pobres de la economía". ¿Piensas igual?
Si y resulta lamentable. Me parece que cualquier grupo social puede emprender. El de abajo claramente quiere ascender en la escala social, pero también el de arriba quiere llegar más arriba y eso no depende de pobres o ricos.

¿Se puede emprender en Chile?
Bueno, se hace y se debe hacer. Tengo la sensación que ahora hay muchas más oportunidades que antes. Por ejemplo mi mamá nunca pudo postular a un capital semilla, y hoy hay más opciones de transformar una buena idea en una empresa y así surgir. 

¿Crees que se aprovechan esas oportunidades?
Más bien se derrochan. Emprender hoy parece ser más fácil que antes, pero mantenerse en el tiempo es mucho más difícil que hace unos años.

¿Qué falta?
Hay un aspecto social que habla de una preocupación del Estado por propiciar un entorno más seguro. Conozco empresarios que les va muy bien pero tras diez asaltos han tenido que cerrar sus negocios y hoy tienen miedo de empezar nuevamente.

¿No hay más carencias?
También se debe capacitar a la gente para emprender. Conozco amigos que han instalado su negocio y a unos les va bien pero a otros no. Percibo que esta especie de fracaso está muy de la mano con la falta de capacitación y preparación intelectual para emprender. Hay dones que uno no sabe que los tiene, pero faltan instancias que despierten esos sentidos.

Llega el fotógrafo y eso nos indica que la entrevista termina. Mientras ella recorre las instalaciones de la Ciudad Deportiva para retratarse, me quedo observando las fotos que adornan el despacho de su hermano Iván y resulta imposible no asombrarse ante los frutos de una actitud emprendedora amparada en la familia. En los Zamorano... y en los Zamora. 
 
Renato Sánchez 3586 of.10
teléfono:56-02-  2451113. celular: 09-3934521
Santiago -Chile
 

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