EL milagro del cobre
El mineral es lo que sostiene la sonrisa del Gobierno al anunciar el gasto fiscal más alto que muchos recuerdan. Como el propio precio del metal, que se ha triplicado en un año. Y tres bacterias, Wenelen, Licanantay y Yagán, hacen soñar con duplicar su producción.
Son tan viejas como el mundo: unos cuatro mil millones de años. Difícil de imaginar. Son Wenelen, Licanantay y Yagán, y podrían ser la clave para nuestro futuro esplendor. Son mínimas bacterias que tienen la cualidad de separar el cobre de los desechos que normalmente no se utilizan. De forma limpia, sin contaminar. Es la revolucionaria biominería. Dicen que ellas, las superpoderosas, podrían duplicar la producción del metal que da “el sueldo de Chile”.
Ellas, naturalmente, no saben que tienen nombre. Pero así las bautizó el gerente general de Biosigma, Ricardo Badilla, para que quedara claro que son chilenas. Biosigma pertenece en dos terceras partes a Codelco y el resto a otra grande de la minería, la japonesa Nippon Mining & Metals. En los laboratorios de esta empresa de biotecnología instalada en Colina, un puñado de científicos, casi todos chilenos, casi todos menores de 30 años, se propusieron encontrarlas, secuenciar sus tres mil genes y encontrar formas de ponerlas a trabajar. La primera fue Wenelen, que quiere decir “la pionera” en mapudungun, descubierta en octubre de 2004. Luego vino Licanantay, “la atacameña” (2005), y Yagán, “la fueguina” (2006). Lo consiguieron, y ahora están dedicados a patentar sus virtudes. Son tan valiosas, que el secreto las rodea. Y lo que se muestra son esas fotografías que se dieron a conocer cuando Michelle Bachelet las fue a visitar este 25 de septiembre. Tan chiquititas, estas extremófilas –porque viven en condiciones extremas en infiernos ácidos, “comen” piedras y se reproducen cada 48 a 60 horas– tienen la llave del tesoro el doble de grande. O eso es lo que algunos quisieran creer, contra muchos que sostienen que son puras fantasías. Y es que el metal rojo está en el centro de nuestras vidas y es la base de cualquier proyecto de futuro.
El cobre que ahora se extrae de la tierra aportará este año al Fisco, o sea a nosotros, unos 11 mil millones de dólares, gracias a los tres dólares por libra, en promedio, este año. Algo que no sucedía desde hace casi 40 años. Ese es el regalo que le tocó a Michelle Bachelet. De esos 11 mil, a Codelco le corresponden 8.300, y las principales mineras privadas, 2.800. La paradoja es que Codelco explota sólo el 30% de los yacimientos y aporta tres veces más que las privadas, que explotan el resto. No salen las cuentas. O Codelco lo hace muy bien, o las privadas muy mal, o alguien no da lo que tiene que dar. Sea como sea, si se añaden los flecos, como el modesto royalty (700 millones de dólares) que pagan y otros conceptos, la cifra puede empinarse hasta cerca de los 14 mil millones de dólares. Son, en “lucas gringas”, los que están detrás del 8,9% de incremento del Presupuesto del Estado, el más alto en 17 años.
DEFENSA, EN EL CUARTO LUGAR
Hay que recordar, además, que la empresa estatal deberá entregar a las Fuerzas Armadas 1.350 millones de dólares (eran alrededor de 800 cuando la cotización del cobre se estimaba en 1,20 dólares por libra), el 10% de sus ventas en 2006, obligada por la Ley Reservada del Cobre, y que hasta ahora casi nadie quiere abordar, aunque a la mayoría le parece que lo sensato sería derogarla. A lo que hay que sumar otros mil millones más que aporta el Estado, lo que pone al presupuesto de Defensa en el cuarto lugar de beneficiados, con el doble que Vivienda, por ejemplo. Aunque a este último ministerio se le aumentó su dotación en un 12% y en Defensa no hubo variación. Y las Fuerzas Armadas colaborarán con proyectos del Ministerio de Obras Públicas (que recibirá dos mil millones de dolares, un 10% más), como anunció el ministro Eduardo Bitrán para la construcción de la carretera que atraviesa Pumalín, y que de esta manera algo de lo que reciben se invierte en obras civiles.
Pero es un montón de plata y al menos deberían considerar devolver la Casa de los Presidentes, en la calle Tomás Moro, que, tras bombardearla en 1973, fue un botín de la FACH y donada gratuitamente y a perpetuidad por Augusto Pinochet a Conapran (Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad), institución presidida por las esposas de los comandantes en jefe de la FACH. Hasta hoy, porque nunca se ha devuelto al poder civil. Actualmente es una de las residencias de ancianos de Conapran, que hoy preside Teresa Barrie, casada con el general Osvaldo Sarabia.
Este incremento del 8,9% que presentó Velasco en cadena nacional, con el permiso del cobre y sus ganancias, es en verdad mayor, no sólo en Vivienda, que se queda con 1.200 millones de dólares y que tiene la ambición de terminar con el déficit habitacional en 2010, y coronar así el mandato de Bachelet. Porque el 68% del presupuesto va a parar a las carteras que más tienen que ver con la realidad de los chilenos en sus vidas cotidianas. Como el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, que se queda con la mayor tajada, casi ocho mil millones de dólares y un aumento del 3,2%. El ministro Osvaldo Andrade quiere subir las pensiones de hambre y generar hasta 130 mil empleos tipo PEM (Programa de Empleo Mínimo) y POJ (Programa de Obras para Jefes de Hogar), o simplemente ¡puaj!, que atajen las cifras de la cesantía.
Educación se pone segunda con un aumento del 10,6% y 5.303 millones de dólares para aplacar a los pingüinos y empezar a reparar las consecuencias de la LOCE. Aunque para reparar la LOCE misma, al Gobierno le hace falta algo más que dinero. Y la educación es fruta tardía, hay que esperar mucho para apreciar la inversión. Pero hay mucho por hacer tapando goteras, repartiendo raciones, mejorando sueldos, dando becas y subir a 25 mil los cupos para salas cuna y jardines infantiles para niños del 40% más pobre de la población.
PLATA PARA LA SALUD
Pero es el Ministerio de Salud la estrella de los incrementos, con un 13%, hasta alcanzar los 4.100 millones de dólares. A pesar que el paro de los trabajadores de la salud no fue como la “intifada de los pingüinos”, que alborotó la agenda y las calles, tuvo sin embargo consecuencias mucho más serias en la aprobación ciudadana, según la última encuesta Adimark. De acuerdo a ese estudio, la aprobación del Gobierno de Bachelet en salud era en agosto del 44,2% y en septiembre había caído al 29,5%. Para el 2007 se prevén casi 50 centros más dedicados a la atención primaria, 21 nuevos centros de salud familiar, 15 nuevos Sapus, 13 servicios de urgencias rurales, y construcción y reparación de 35 hospitales en el país. En concreto, también piensan aumentar en 40 mil las mamografías, 20 mil en consultas oftalmológicas, 18 mil cirugías menores que se practicarán en los consultorios, 19 mil lentes a repartir y seguir incorporando patologías al Plan Auge, ampliar la cobertura a los adultos mayores y el incremento de horas profesionales para aumentar el rendimiento de pabellones, que contarán con más equipamiento. Y ese descarnado anuncio del Colegio de Odontólogos que se puede escuchar en la radio, que dice: “¿Se te cayeron los dientes por ser pobre?”, podría irse paliando con el plan de endodoncias y prótesis que también contempla la ministra Barría y al que se le asignan 624 millones de pesos.
¿MÉRITO HUMANO O MINERAL?
Y todo esto gracias a los beneficios del cobre y que el ex Presidente Ricardo Lagos resaltó hace unos días en su página web (www.fundaciondemocraciaydesarrollo.cl) en un comentario que dice: “Yo no tuve la suerte de tener un presupuesto tan holgado”. Porque sin sus altos precios, el Gobierno y el país en general vivirían con los dientes apretados y sin fondos para impulsar las mejoras imprescindibles. Aunque ese 8,9% es inferior al gasto fiscal de otros países de la región, que en Uruguay crecerá un 10%; Colombia, más del 11%; Perú, un 14%, y Argentina, un 15%. Pero claro, ellos no cuentan con los más de ocho mil dólares de renta per cápita, el más alto de América Latina, ni están en el puesto 27 de 125 en competitividad, la mejor del continente a excepción de EEUU y Canadá. Hay muchos que pueden atribuirse el mérito de tanta buena cifra, pero es el metal rojo el que las sostiene.
¿Y si el tesoro del cobre se duplicara con las pequeñas Wenelen, Licanantay y Yagán en unos 20 años más? Tremendo presupuesto. Sólo por imaginar una posibilidad de un Chile donde todos estén sanos, educados, bajo un techo digno, sin miedo al futuro, habría que seguir trabajando para que esas bacterias funcionen por el bien de todos. Porque los sueños son los que alimentan el futuro. Amén.