SIN EMBARGO HAY ALGUNAS AFIRMACIONES QUE NO COMPARTO, PERO LAS RSPETO
Sabias palabras de los Nobel en Lindau
No fueron únicamente los científicos jóvenes quienes aprendieron de los eminentes oradores que participaron en la LVII Reunión de galardonados con el Premio Nobel en Lindau (Alemania). Si bien los destinatarios de las sabias palabras de cada uno de los Nobel eran los 563 investigadores jóvenes, al menos un galardonado admitió haber aprendido algo nuevo e importante de alguna de las conferencias.
Esto lo declaró Craig Mello, premio Nobel compartido de Fisiología o Medicina de 2006 por su descubrimiento sobre la ribointerferencia. El profesor Mello asistió a una conferencia de Hartmut Michel (Nobel compartido de Química de 1988 por la determinación de la estructura tridimensional de un centro de reacción fotosintética), quien rechazó los biocombustibles como alternativa a los combustibles fósiles.
El profesor Michel afirmó que no sólo no hay espacio suficiente para los cultivos que se necesitarían para producir biocombustibles en la cantidad adecuada, sino que el proceso de convertir los cultivos en energía requeriría combustibles fósiles convencionales, con lo cual esta alternativa también lleva aparejado emitir carbono. El profesor Michel calcula que, para satisfacer las necesidades energéticas de Alemania con biocombustibles, el país necesitaría para estos cultivos un espacio mayor al de su propia extensión.
«Hasta hoy yo pensaba que los biocombustibles tal vez no eran la mejor alternativa, pero no me había dado cuenta de que ya ni siquiera se debate si merece la pena seguir estudiando el tema», afirmó el profesor Mello.
También fue fascinante para muchos de los presentes el intercambio de opiniones sobre cuánta información puede proporcionar un diagnóstico. Durante una mesa redonda sobre la ciencia fundamental en la medicina molecular, Leland Harwell, Premio Nobel compartido de Fisiología o Medicina de 2001, manifestó que no estaba seguro de que sea siempre acertado centrarse en la terapéutica, especialmente en la investigación del cáncer. El profesor Hartwell es actualmente director del Centro Fred Hutchinson de Investigación sobre el Cáncer, de EE. UU. En vez de eso, quisiera ver avances en la habilidad de los científicos para diagnosticar la enfermedad más tempranamente y predecir quién corre el riesgo de contraerla.
Timothy Hunt, que compartió el Nobel de 2001 con el profesor Hartwell, insinuó que el profesor Hartwell era tal vez «extremadamente optimista» en relación con el diagnóstico. «Sería estupendo que una pequeña gota de sangre pudiera indicar qué está mal y en qué lugar del cuerpo. Es un sueño maravilloso y tenemos que aspirar a él, pero no deberíamos tener expectativas de que ocurra en el futuro cercano», afirmó el profesor Hunt.
Este debate condujo al profesor Mello al tema de la terapia génica. Se refirió a ella como «un gigante dormido», y luego mencionó las desigualdades en el acceso a la asistencia sanitaria. «Me preocupa que tengamos que racionar los tratamientos, que haya curas que sean demasiado caras para algunos», comentó. «Nada de lo que hacemos tendrá sentido si no abordamos este tipo de cuestiones. Tenemos que ampliar nuestro modo de pensar», continuó diciendo el profesor Mello, aplaudido por el auditorio de investigadores jóvenes.
El profesor Hartwell indicó, en defensa de los científicos, que a medida que pasa el tiempo, las intervenciones médicas están más disponibles y son cada vez más asequibles. Günter Blobel, ganador del Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1999, añadió: «Los científicos no pueden resolverlo todo. Este es un problema político. Como científicos podemos únicamente tratar de educar a los políticos».
«Es muy importante que la generación futura se comprometa con la sociedad, pero no de un modo condescendiente. Hay que informar a la sociedad de lo que está ocurriendo», dijo el profesor Blobel a los jóvenes investigadores. «Ver células bailando es mucho más bonito que cualquier película de Hollywood. Nosotros no estamos formados para ser actores o periodistas, pero ustedes sí lo están», declaró más tarde a los periodistas. Apeló a los medios de comunicación para perfeccionar el arte de la simplificación, sin llegar a la simplificación extrema, y advirtió: «Si Uds. no lo logran, entonces habrá más fundamentalismo, ignorancia y estupidez.»
Cuando se le pidió que explicara más a fondo cómo emplean su influencia los galardonados con el Premio Nobel, el profesor Hartwell hizo un comentario sobre el tiempo que pasó formando equipos y tratando de obtener financiación. «Yo ya no entro en el laboratorio y me arremango la camisa, como hacía antes», aseguró.
El profesor Mello indicó que él es aún nuevo en el club de los Nobel, y que todavía está tratando de asimilar todas las posibilidades que se le ofrecen. «Una cosa incómoda que me piden a menudo es que me una a diversas causas, normalmente que me apunte en contra de algo. A mí me gustaría que nos uniéramos como grupo y viéramos qué es lo que podemos hacer "a favor" más que "en contra"», indicó.
«Yo he estado utilizando mi influencia respecto al modo en que la UE financia la ciencia», aseguró el profesor Hunt, y comentó a CORDIS Noticias que desearía que se prestara más atención a los investigadores independientes y que el único criterio para la financiación sea la excelencia pura. Se mostró muy a favor del Consejo Europeo de Investigación (CEI) que, efectivamente, evalúa las solicitudes de financiación basándose únicamente en la excelencia. «Financiar ciencia mala es derrochar el dinero», añadió.
Los galardonados con el Premio Nobel dieron consejos sensatos a los investigadores jóvenes en respuesta a sus preguntas sobre el fracaso, la publicación de los trabajos y el compartir ideas, y sostuvieron unánimemente que todos los investigadores deberían estar preparados para el fracaso. «Muchas veces ideas hermosas sucumben frente a realidades horribles», declaró el profesor Blobel. «Si un científico no fracasa constantemente, no está haciendo investigación. Por algo [en inglés] se llama «re-search» [volver a buscar], apuntó el profesor Mello.
«Paso gran parte de mi tiempo buscando soluciones; las personas inteligentes son aquéllas que pueden encontrar soluciones rápidamente», comentó el profesor Hunt. Aconsejó a los jóvenes investigadores presentes que siempre sean extremadamente escépticos en lo que a sus resultados se refiere, y que siempre realicen varios controles. Al fin y al cabo, es mejor que sea el propio científico, y no otros, quien encuentre fallos en su propia investigación. «Tomar los deseos por realidades es enemigo de la ciencia buena», agregó.
A la pregunta de cómo elegir el área de especialidad, los galardonados respondieron: eligiendo algo importante e interesante; y luego seguir «machacando» (Hunt); encontrando un problema fundamental (Blobel); y encontrando algo por lo que uno sienta pasión (Hartwell).
Tratando el tema de las publicaciones, se subrayó el hecho de que han cambiado muchas cosas desde que los galardonados comenzaron sus carreras de investigación. La publicación de los trabajos hoy en día está considerada ampliamente como una medida de éxito y de progreso profesional. Pero no debería ser así, afirmaron los Nobel en bloque. «Es una lástima que la biología molecular se esté convirtiendo en una orientación profesional porque conlleva ideas de lo que es el progreso aceptable», afirmó el profesor Hartwell. «Se necesita una mayor apreciación de la creatividad, sin medidas de progreso de corto plazo», añadió.
«No escribir para ocho revistas y esperar la respuesta correcta para luego publicar en una gran revista, es una determinación valiente», agregó el profesor Hunt, y afirmó que «era mucho más fácil cuando yo era joven».
Otra disyuntiva a la que se enfrentan los investigadores jóvenes es hasta qué punto deberían compartir sus ideas con sus colegas. ¿Se las robarían si hicieran esto? «Las ventajas de compartir ideas son mayores que los riesgos», aseguró el profesor Mello. «¿Para qué perder tiempo tratando de ser el primero en publicar algo?» Si uno tiene la mitad del panorama y otro tiene la otra mitad, entonces vale la pena colaborar y ver juntos el panorama completo», aconsejó. Y explicó que compartir ideas muchas veces produce beneficios que uno no esperaba. Un investigador puede incluso no saber que está trabajando sobre un problema relacionado con el de otro en el transcurso de una conversación, pero unos años después esa conversación puede conducir a la respuesta que uno o ambos estaban buscando, concluyó el profesor Mello.
Para obtener más información sobre la reunión de Lindau, visite:
http://www.lindau-nobel.de/
Categoría: Varios
Fuente: Asistencia de CORDIS Noticias a la LVII Reunión de galardonados con el Premio Nobel
Documento de Referencia: Basado en la Asistencia de CORDIS Noticias a la LVII Reunión de galardonados con el Premio Nobel
Códigos de Clasificación por Materias: Coordinación, Cooperación; Educación, Formación; Información, Medios de comunicación; Investigación científica
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Rodrigo González Fernández
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