MARIO SÁNCHEZ GUILLÉN
MADRID. El alza de los precios de alimentos que se está produciendo en los últimos meses ha puesto en el disparadero a los productores de biocombustible, que utilizan materias primas para producir energía, y que muchos han señalado como responsables de la subida de precios.
Por ello, la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) en su rama de Biocombustibles quiso ayer salir al paso de las acusaciones y rechazar cualquier implicación de su negocio en el alza de precio de los alimentos.
El presidente de APPA Biocombustibles, Roderic Miralles, destacó la «influencia limitada» del biocombustible en el alza de precios, ya que, de la producción agrícola total de Europa, sólo una mínima parte se dedica al combustible.
En concreto, uno de los biocombustibles más utilizados, el bioetanol, requirió en 2006 el 1% de la producción cerealística europea, por un 1,6% que se prevé para este año. Este biocombustible vivirá, sin embargo, un crecimiento constante en los próximos años, pues en 2010 requerirá un 4,6% de la producción comunitaria de cereales y en 2014 subirá al 6,8%.
Exculpados ya los productores de biocombustible, cabe preguntarse por qué la cesta de la compra es cada día más cara. Para ello, los responsables de APPA achacaron las alzas de precios a circunstancias de la coyuntura internacional: desde climatología hasta la nueva demanda de India o China que encarece los productos, pero pasando, sobre todo, por la especulación en el mercado de las materias primas.
Miralles destacó que «hasta los fondos de inversión han entrado en el mercado de materias primas para hacer dinero».
Crisis si siguen los precios altos
Además, señalaron que con los actuales precios de los cereales muchos negocios de biocombustible no serán rentables, y que «el «boom» de 140 proyectos que hubo el año pasado en España no se va a aguantar».
En cuanto a las críticas que ha recibido su sector en los últimos meses, se hizo referencia a dos ámbitos que podrían no estar interesados en el desarrollo de la industria del biocombustible: las petroleras, por cuanto este nuevo combustible es un competidor directo de los fósiles, y los fabricantes de coches, reticentes en muchos casos a hacer cambios tecnológicos para permitir el uso del biodiésel, aunque precisaron que en este último ámbito sí se están produciendo avances.
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