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miércoles, enero 11, 2006

PORQUE EL TIPO DE CAMBIO ES UNA AMENAZA PARA SECTOR EXPORTADOR: Veamos la visión del Senador Foxley. Son interesantes y probablemente serán las últimas como Senador porque desgraciadamente ya no será más Senador.

Una amenaza para el sector exportador

Por Senador Alejandro Foxley, región Metropolitana

Senador Alejandro Foxley, región Metropolitana

El tema del tipo de cambio es esencial para un ideal que el país ha definido como un “proyecto de desarrollo” desde ya algún tiempo. Es un proyecto de país que opta por abrir la economía, por competir en el mundo, de igual a igual, con países de mayor grado de desarrollo, y por apostar a la capacidad que tengamos de generar una economía más vibrante, una economía que aprovecha mejor los talentos de toda su gente, que es capaz de desarrollar su capacidad emprendedora y que, por lo tanto, se para en sus propios pies a través de un enorme esfuerzo exportador.

Esfuerzo exportador porque el tamaño del mercado interno es muy pequeño y, por lo tanto, estructuralmente, tenemos que volcarnos hacia afuera. Hemos trabajado 15 años para abrir mercados internacionales. Las oportunidades están allí. Las cuotas de importación, incluso, en productos antes completamente excluidos como carnes y productos lácteos están abiertas, y lo que ahora hace falta es que el país movilice toda su capacidad emprendedora para enfrentar este desafío.

El problema que tenemos, en este momento, es coyuntural. Hemos tenido una volatilidad en una señal clave en la economía, que es el tipo de cambio. Esta volatilidad ha sido muy fuerte, ha sido, a mi juicio, excesiva, y nos plantea un dilema fundamental porque si creemos en la idea del ajuste automático, en la idea que el mercado va a determinar día a día cuál debe ser el valor del tipo de cambio, el resto de las decisiones económicas deberían ordenarse en torno de esa señal.

Sin embargo, cuando uno tiene un tipo de cambio altamente volátil lo que hace es permitir la sobrevivencia de aquellos sectores de actividad, productores de recursos naturales que, por generar una renta -sobre todo en recursos naturales no renovables-, pueden absorber esta volatilidad sin que se comprometan los programas de inversión o las cifras de empleo.

 Por lo tanto, debemos pensar que esta economía pequeña, abierta, vulnerable, la única forma que tiene para pasar a su nueva fase de desarrollo es diversificando su canasta exportadora, agregando valor a las exportaciones y buscando sistemáticamente ocupar los nichos más sofisticados de exportación en los mercados de los países desarrollados, con menos vulnerabilidad y sin entrar en estas “montañas rusas” en que esta economía, como otras economías de América Latina han estado históricamente involucradas por esta concentración excesiva en recursos naturales.

 La afirmación que quiero hacer, y es una afirmación de carácter técnico, el tipo de cambio real de equilibrio de mediano plazo para una economía con exportaciones diversificadas y con mayor valor agregado, es un tipo de cambio real más alto que el tipo de cambio real que puede sostener esa economía cuando se concentra en exportar el cobre y un par de productos naturales más.

 Y, si uno no trata de orientar el mercado cambiario hacia ese tipo de cambio real de mediano plazo un poco más alto, nos arriesgamos a comprometer la situación de los nuevos exportadores emergentes que después de ver las oportunidades de estos nuevos mercados están recién aprendiendo a hacer el negocio exportador, es decir, a invertir más en tecnología, mejorar calidad de productos, construir redes de distribución y conocer mejor los mercados internacionales.

Hay gente que nos creyó, que creyó que estos mercados estaban abiertos, que creyó que íbamos a ser capaces de dar una señal de una estabilidad relativa en los elementos básicos, incluyendo el tipo de cambio, y que está planeando hacer inversiones importantes.

 Por lo tanto, la amenaza al esfuerzo exportador es real y lo que queremos evitar es que por una pasividad de la autoridad, ya sea Banco Central u otras, simplemente condenemos a quienes han creído en este esquema de desarrollo exportador y los castiguemos a sufrir un retroceso fundamental en sus planes de inversión y pérdidas importantes en sus negocios.

 No estamos diciendo que tengamos que ir a un tipo de cambio fijo. Y lo digo porque algunas autoridades monetarias han dicho que estamos promoviendo eso. Lo que estamos diciendo es que una política cambiaria, razonable, compatible con la estrategia de desarrollo del país, contempla la posibilidad que el Banco Central, intervenga activamente en el mercado cuando tiene que intervenir, no para fijar un determinado tipo de cambio, sino para llevar el tipo de cambio de corto plazo en una dirección coherente con ese tipo de cambio de mediano plazo, que a su vez tiene que ser coherente con una estrategia exportadora de mayor valor agregado y mayor diversificación.

 Si no es así, lo que va a pasar es muy simple. Vamos a tener una apreciación creciente del tipo de cambio, vamos a tener importaciones baratas que van a amenazar al sector manufacturero, ya lo están haciendo en el sector textil en cuero, en calzado y en varios otros rubros del sector manufacturero, por importaciones muy baratas, y sobre todo vamos a inducir expansiones del consumo, además de los créditos de consumo, sobreendeudamiento de los consumidores, y esa burbuja de la plata dulce ya la conocemos, ha ocurrido en el pasado con efectos bastante negativos.

 Tenemos que usar todos los instrumentos. Lo primero es información. Hacia dónde va a ir el Banco Central, qué señales va a dar si las distorsiones actuales se agravan. Nosotros queremos saber, por ejemplo, si se ha estado prepagando deuda, cuál ha sido el impacto del prepago de deuda sobre el mercado de divisas; se ha pagado deuda en pesos, etcétera.

También hay muchas otras cosas que se pueden hacer: hay pagarés en dólares y bonos en dólares que emitió el Banco Central, que debiera retirar; hay una política de disminución de reservas que debiera revisar, porque no coincide con las necesidades de la economía en este momento; debe haber una mejor coordinación entre el sector público y el Banco Central para ver el impacto neto sobre el mercado de divisas de lo que ocurre con el Fondo de Estabilización del Cobre, de lo que ocurre con lo que hacen empresas como ENAP y CODELCO, de lo que hace Tesorería. Deberíamos tener un comité coordinador que se reuniera una vez a la semana, una vez cada quince días, para ver lo que está haciendo uno, lo que está haciendo otro, y cuál es el efecto neto de estos sobre el dólar.

Lo que pasa con el dólar y con las divisas es un dato fundamental en esta economía. Se nos dice a veces que lo que hay que hacer es que los privados contraten seguros de cambio. Los privados, algunos, contratan seguros de cambio, no más de un tercio de las empresas contrata el seguro de cambio. Los seguros de cambios son de corto plazo, son a 360 días, son extremadamente caros, y, por lo tanto, una empresa mediana que quiere en serio meterse en la inversión para exportar, o pequeña, no lo puede hacer.

 Si uno quiere irse por el camino de los seguros de cambios, lo que tiene que hacer es una política pública en que ya sea el Ministerio de Hacienda o el Banco Central o ambos, desarrollen instrumentos para fomentar el mercado de los seguros de cambio. Y eso puede significar subsidios, la necesidad de subsidios para el productor emergente exportador pequeño que hoy día no puede pagar ese seguro de cambio.

 

 

El foco de la política económica y sobre todo la política cambiaria debe ser en función de los que producen e invierten para estos mercados externos de gran escala. Ése es un objetivo del país. Eso es indispensable porque lo que necesitamos es una macroeconomía para la producción y el empleo, no para seguir las modas de los economistas. Los economistas en los 80 tenían la moda del tipo de cambio fijo; hoy día tienen la moda de la libre flotación. La autoridad tiene que intervenir cuando las cosas no funcionan de acuerdo a los intereses del desarrollo del país.

¿Qué dirá el Presidente de Asoex al respecto. Estará contento el señor Ronald Bown con el senador Foxley.?

Desde el Senado, consultajuridica.blogspot.com, Rodrigo González Fernández

 

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