Un interesante artículo de Fernando Brossad, de El Perú, El Regional de Piura ,que comparto con ustedes
"Econócratas" con rostro inhumano
Por Fernando Brossard del Rosario
El Regional de Piura: 03 de octubre del 2006
La validez científica de la fórmula matemática que calcula el tiempo de caída libre de un objeto, es la misma aquí como en el polo. Sin embargo la misma fórmula tendrá diferentes resultados si se aplica en diferentes lugares del planeta.
Los científicos atribuyen el hecho a la diferencia de distribución de densidad de la corteza terrestre o mejor dicho el principio físico universal o la fórmula aplicada es la misma pero la gravedad terrestre varía y varían los resultados.
Aceptar que la validez de los  principios y fórmulas de la economía como ciencia son tan rigurosas y exactas  aquí como en cualquier lugar del planeta es cierto, pero probablemente los  resultados numéricos o por ejemplo, el volumen de excedentes – para tomar una  variable – no será el mismo en razón y en función de la gravedad de los  problemas de sus sociedades.
“Falacionomista”, sería la  calificación mas exacta que recibiríamos, por la aseveración anterior. Así es  como un prestigioso economista responde a Bernardo Kliksberg promotor de la  economía con rostro humano, que visita el Perú. Para el exquisito profesional e  intelectual la economía es una ciencia, sin rostro, ni razones, ni  hechos..
Se responde a Kliksberg negando por ejemplo la necesidad e  importancia de la responsabilidad social empresarial negando así mismo la  realidad socioeconómica peruana, desconociendo que fue precisamente en EE.UU. a  mediados del siglo pasado cuando aparece como demanda ciudadana, envuelta ésta  en conflictos internos y externos.
Se desconoce en esta suerte de ignorancia  histórica ¬-calificación de connotados intelectuales, estudiosos de temas  económicos – la presencia de Keynes en el New Deal, influyente pensador en los  nuevas teorías del desarrollo que alimentó a la CEPAL y a R. Prebisch y a su  posterior fracaso en AMERICA LATINA como lo recuerda explícitamente nuestro  economista “abordado”, cuando EE.UU. golpeado por el efecto de la crisis  económica de 1928 su presidente F. ROOSEVELT en el discurso de presentación, con  su solemnes expresiones, como era su estilo, expresa “veo a un tercio de mi  pueblo mal alimentado, mal vestido, mal alojado” enviando luego al ejercito de  sus compatriotas desocupados a recibir paga por “recoger piedras y volverlas  luego al mismo lugar” con la intencionalidad de generarles capacidad de consumo  y crecimiento.
Es evidente que las circunstancia y los espacios era otros,  EE.UU. tuvo éxito; las recetas sin embargo en América Latina fracasaron, pero es  importante rescatar que hoy calificados economistas del mundo no niegan a  rajatabla - como lo hace el economista en cuestión- la validez de la teoría de  la dependencia y la sustitución de importaciones, cuyos resultados fatales, nos  recuerda él mismo.
El corolario de lo anterior, para los modestos  peruanos, identifica la diversificación cultural y social que hay que respetar  aún a costa de enfrentar la medición de los neoliberales, consumidores de  literatura enlatada, ciegos defensores de la dictadura del libre mercado que no  creen que tenemos hambre, enfermedades, enormes desigualdades, muy lejos de los  que no se atreven a “meterse” en nuestra propia realidad y poder hacer ciencia a  partir de allí.
Sin embargo hay economistas que si dan lecciones; Joseph  Stiglitz premio Nóbel de Economía sostiene “los mercados y los gobiernos son  necesarios para el desarrollo; el gobierno debe tener un papel fuerte e  importante, no se puede establecer estadísticamente que políticas económicas son  las adecuadas para cada país”.
Jhon Williamson, el fundador del decálogo de  preceptos, él del consenso de Washington luego de la caída del muro de Berlín y  surgimiento del capitalismo triunfante -de la que alegremente nuestro economista  cuestionado hace mención-, expresa “No puede haber un modelo igual para todo el  mundo: la creación de instituciones y situaciones debe ser específica para cada  país”.
Pero quien grafica mejor la situación para el Perú es Lionel Jospin ex  primer ministro francés sostiene “que las recetas de Wiliamson – los del FMI,  Banco Mundial, la Reserva Federal Norteamericana, han fracasado, han agravado la  situación en aquellos países donde se aplicó su terapia, donde no ha sido así ha  mejorado su situación”, y prosigue “los excesos de economía de mercado tienen  consecuencias peligrosas. Estamos obligados a reducir la miseria de masas, caldo  de cultivo del terrorismo”.
Bajo las tesis de “nuestros” neoliberales hay que  esperar los excedentes o el “chorreo”, pero mientras ¿que hacemos con esas masas  empobrecidas?. Alguien en el Perú ha resumido la realidad afirmando que ningún  sector productivo puede crecer como isla de la sociedad, su competitividad,  desarrollo, dependen de la estabilidad económica y política, mejor dicho de lo  que pueda ocurrir con la violencia, corrupción, etc. Nuestros neoliberales  atribuyen sobrecostos sin medir aquellos que ellos se autogeneran.
Los  científicos en economía en el mundo en un último evento han invitado a nuestros  tecnócratas y “econócratas” a luchar contra los estereotipos y ha encontrar una  relación entre la ciencia y la ética, ha entender la responsabilidad social  empresarial como ”la incorporación de las preocupaciones sociales, laborales,  medioambientales, derechos humanos, como obligación y compromiso legal y ético y  aún como estrategia de negocios”.
Queremos también recordar a nuestro  “econócrata” que la importancia de las desigualdades en los ingresos en América  Latina, mayores que los de Africa también preocupa a los norteamericanos, donde  el 1% de ellos ha aumentado en un 500% sus ingresos en los últimos años y a  merecido que Paul Krugman afirme que a mayor desigualdad de renta mayor es la  desigualdad social.
Devesa, advierte que la sociedad actúa como bola de nieve  produciendo estallidos de violencia social refiriéndose a América Latina y donde  afirma no existen impuestos sobre la plusvalía.
Finalmente tendríamos que  hacer referencia a Carbonetto a quien “nuestro” economista alude pero elude de  nombrarlo, para rescatar en él que mas allá de describir las características del  modelo imperante en esa época, optó por su contribución, convencidos en ese  momento de la historia de su validez frente a los que hoy fungiendo de  salvadores con sus verdades absolutas califican con desprecio a los  otros.
Una reflexión nos lleva reafirmar que “el gran problema de nuestra  educación es lo poco aleccionador en lo que mas importa en cualquier programa  educativo, es crear en el individuo un espíritu de acción equilibrada frente a  su realidad, tan lejano de una visión fatalista como de un dominio  desequilibrado de su realidad. Nos interesa finalmente la democracia y la  gobernabilidad de nuestro país. 
SALUDOS
RODRIGO GONZALEZ FERNADEZ
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