Avances tecnológicos  preparan biocombustibles para un futuro limpio
(Industria debe  responder a preocupaciones sobre disponibilidad de
alimentos)  
Por Cheryl Pellerin
Redactora del Servicio  Noticioso desde Washington
Washington - La  biomasa ha sido una fuente confiable y sencilla de energía
desde que los  primeros humanos quemaron leña por primera vez al menos hace
400.000 años. En  la actualidad, guiados por una necesidad urgente de
reducir la dependencia de  combustibles fósiles, los avances tecnológicos
propulsan a la biomasa hacia  el futuro.
Muchos consideran los biocombustibles, un  importante subconjunto de
biomasa, como alternativas limpias y renovables a  los combustibles fósiles
para uso en los transportes. Otros afirman que los  biocombustibles, como el
etanol de maíz, comprometen las tierras de cultivo  mundiales, la
disponibilidad alimentaria y que las soluciones a la tecnología  que no se
basa en alimentos para tales problemas, estarán disponibles en un  futuro
distante.
La biomasa, que se define como cualquier material  orgánico, incluye los
desechos de aserradero, rastrojos forestales, productos  agrícolas
derivados, desechos humanos y animales, componentes orgánicos de  desechos
municipales e industriales y muchos más.
Dependiendo del  material orgánico involucrado, la biomasa puede utilizarse
para producir una  variedad de productos comunes, entre los que se incluyen
plásticos,  polímeros, alfombras, telas, detergentes, lubricantes y
combustibles para  transportes.
A diferencia de otras fuentes de energía renovables como la  energía solar o
eólica, la biomasa puede convertirse directamente en  biocombustibles
líquidos tales como etanol y biodiésel. Estos son algunos de  los usos de la
biomasa que están creciendo más rápidamente.
Según la  Asociación de Combustibles Renovables (RFA), con sede en
Washington, la  producción mundial de etanol fue de casi 51.100 millones de
litros en 2006 y  sigue en aumento a medida que las naciones intentan
reducir las importaciones  de petróleo, impulsar la economía rural y mejorar
la calidad del aire. Se  espera también que las crecientes preocupaciones
sobre las emisiones de gases  de efecto invernadero y las reservas mundiales
de petróleo que disminuyen  cada vez más, impulsen su producción.
"Existe un rápido crecimiento en la  producción de etanol en todo el mundo",
dijo al Servicio Noticioso desde  Washington Bill Holmberg, de la junta
directiva del Consejo Estadounidense de  Energías Renovables (ACORE).
"Estados Unidos tiene la mayor capacidad de  producción, Brasil es segundo;
otros países están desarrollando su industria  de etanol".
Canadá, China, India y países en América Latina están  desarrollando también
programas de biocombustibles.
ALIMENTOS Y COMBUSTIBLEEl etanol es un  combustible alcohólico hecho de los azúcares encontrados en
granos como el  maíz, sorgo y trigo, así como en la piel de las papas, el
arroz, la caña y la  remolacha de azúcar.
"Brasil produce etanol casi exclusamente de la caña  de azúcar", dijo Tom
Foust, gerente de Tecnología del Programa de Biomasa del  Laboratorio
Nacional de Energía Renovable (NREL) del Departamento de  Recursos
Energéticos de Estados Unidos, al Servicio Noticioso. "En Estados  Unidos,
el etanol proviene casi exclusivamente del maíz".
Europa no  intenta producir el etanol tan agresivamente como Estados Unidos,
Brasil y  China, indicó Foust, principalmente porque ese continente se  mueve
rápidamente hacia una flota de transporte propulsada con diésel y,  el
etanol no es un sustituto para el diésel. Sin embargo, el biodiésel,  un
combustible producido de las grasas o lubricantes como la grasa  reciclada
de restaurantes, puede usarse en máquinas diésel sin necesidad de  modificar
el motor.
China está desarrollando a gran velocidad un  programa de biocombustibles,
agregó Foust, pero "ha establecido una moratoria  completa al etanol basado
en productos alimenticios debido a la preocupación  sobre los alimentos
contra el combustible. En la actualidad desarrollan lo  que llaman
tecnologías de generación 1,5 y de 2ª generación".
Los  combustibles de generación 1,5 se producen de fuentes de alimentos
menos  críticas como el sorgo dulce y la mandioca; los combustibles de 2ª
Generación  se producen de fuentes no alimenticias como la celulosa de las
plantas,  árboles, hierba y desechos. La celulosa forma gran parte de la
masa de  plantas leñosas y desecho de cultivos, pero en la actualidad,
separarla en  combustibles líquidos es difícil y costoso.
Los científicos de NREL,  localizado en Golden, Colorado, han trabajado con
biocombustibles desde  1978.
"Las muy buenas noticias", expresó Foust, "son que hemos progresado  mucho a
través de los años. La situación en este momento es que estamos a  punto de
lograr que estas tecnologías de 2ª Generación sean rentables para  producir
etanol y gasolina al precio actual del petróleo crudo".
2ª GENERACIÓNEn febrero de 2007,  el Departamento de Recursos Energéticos anunció que
invertirá 385 millones de  dólares durante cuatro años en seis proyectos de
biorefinerías, que  producirán más de 494 millones de litros (130 millones
de galones) de etanol  celulósico al año. Esos fondos, combinados con las
contribuciones de seis  compañías, representan una inversión en
biorefinerías por valor de más de  1.200 millones de dólares.
Los proyectos apoyan de manera directa la  iniciativa Veinte en Diez (Twenty
in Ten Initiative) del presidente Bush, una  de cuyas metas es aumentar el
uso de los combustibles y alternativas  renovables en el sector de
transportes al equivalente de 132.500 millones de  litros de etanol
anualmente para 2017.
En septiembre de 2007, el Panel  de Desarrollo Sostenible de la 20ª
Convención de la Organización para la  Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), consideró el potencial  sostenible de los biocombustibles y las
políticas gubernamentales para  apoyarlas.
En su informe, los participantes a la reunión concluyeron que  "el potencial
de las tecnologías actualmente seleccionadas - el etanol y el  biodiésel -
para ofrecer una mayor contribución a las demandas energéticas  del sector
de transporte sin comprometer los precios de los alimentos y el  ambiente,
es muy limitado".
Al mismo tiempo, se concluyó que "según  Jacques Diouf, director general de
la FAO (Organización de las Naciones  Unidas para la Agricultura y la
Alimentación en el diario The Financial Times  de 15 de agosto de 2007), la
bioenergía brinda una oportunidad de mejorar el  crecimiento de muchos de
los países más pobres del mundo, al ofrecer un  renacimiento agrícola y
suministrar energía moderna a un tercio de la  población mundial".
En NREL, los científicos colaboran con sus homólogos  en Europa, Brasil,
China e India para avanzar la tecnología y asegurar que  sea sostenible a
largo plazo, afirmó Foust.
"Todos necesitamos  trabajar juntos para asegurar el desarrollo de los
biocombustibles", agregó  Foust, "no en forma que sea mejor para un país en
particular, sino de manera  que sea mejor para todo el mundo".
Más información, en inglés, sobre  biomasa y biocombustibles (
http://www.nrel.gov/biomass/ ),  está disponible en el sitio de Internet del
Laboratorio Nacional de Energía  Renovable.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la  Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado  de
Estados Unidos. Sitio en la Web: 
http://usinfo.state.gov/esp)
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