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 El país retrocedió desde el cuarto              lugar a la posición 27 debido a la percepción de mayor riesgo              político tras la compleja negociación sindical en              Escondida. 
 
 El destino ideal de las              inversiones mineras en Sudamérica está decepcionando. Esa es la              conclusión del último reporte minero del Instituto Fraser de Canadá,              donde Chile cayó desde el cuarto lugar como el mercado con mayor              potencial minero al puesto 27. El retroceso de 23 lugares se              explica, principalmente, por la pérdida de estabilidad política y              seguridad personal.
 
 El ranking político del reporte mide el              atractivo minero de los países para los inversionistas a través de              su percepción sobre el régimen de impuestos, leyes laborales y              políticas medioambientales, entre otros 12 factores. De éstos, los              encuestados pusieron principal énfasis en la seguridad y la              incertidumbre con respecto a la regulación vigente.
 
 Según el              estudio, Chile siempre estuvo entre los primeros diez países o              provincias con mejores políticas que fomentan la inversión, y su              única caída de este ranking fue en 2004, en plena discusión del              royalty a la minería. La caída actual se explicaría por otros              factores. El informe señala que la caída de este año probablemente              está relacionada con las disputas laborales en Chile,              particularmente en minera Escondida y el acuerdo que siguió.
 
 El conflicto sindical que afectó a la minera controlada por              la anglo australiana BHP Billiton en agosto, se prolongó por cerca              de un mes y finalmente concluyó con un reajuste para los              trabajadores de 5% y un bonos de $ 9 millones por término de              conflicto, la cifra más alta repartida en bonos hasta ahora para una              negociación laboral en la industria.
 
 La incógnita que deja              planteada el reporte de Fraser es si este problema será visto sólo              como un hecho aislado a los ojos de los inversionistas o si se              convertirá en un referente para futuras decisiones de inversión en              el país.
 
 Efecto dominó
 Chile cayó además del puesto once              al 17 en el ranking de potencial político-minero, el cual asume las              mejores prácticas de la industria y no toma en cuenta restricciones              de uso de suelo. Por último, en un tercer ranking que considera la              regulación actual Chile retrocedió del primer puesto el año pasado,              a la octava posición, afectado por los resultados en el índice de              potencial político.
 
 Rivales regionales
 Pese a la caída de              Chile en los rankings generales, el país se mantuvo como la economía              más competitiva para la inversión minera en la región, por sobre              Brasil, Argentina, Ecuador y Perú, en ese orden. La diferencia se              mantuvo básicamente porque la mayoría de los países de la región              retrocedió en el ranking, al igual que Chile, debido a la              incertidumbre sobre el escenario político, sobre todo en los países              donde hubo cambio de gobierno, explicó el director del Instituto              Fraser y responsable de la investigación, Fred McMahon. Sin embargo,              cabe destacar que Colombia ingresó por primera vez en el ranking,              debido a la mejora en la seguridad y en el combate de la              criminalidad.
 
 Para el director e investigador canadiense,              Chile sigue siendo percibido como un destino seguro para invertir,              aunque la preocupación de los inversionistas está aumentando. El              riesgo es que el interés de los inversionistas que estén pensando en              Chile para proyectos de exploración minera, puede decaer por el              temor de que les cambien las reglas del juego de aquí a cinco años,              lo que es un fuerte desincentivo para el desarrollo de la              exploración minera, y significa que en los próximos años puede haber              una baja en los puestos de trabajo en la industria minera o en la              producción. La recomendación sería no permitir que las mineras lo              piensen dos veces antes de invertir en Chile, señala              McMahon.
 
 Sin embargo, pese a las intenciones declaradas por              los gobiernos vecinos, como Perú y Bolivia, por dar nuevo impulso a              la actividad minera, estos destinos siguen siendo percibidos por las              mineras como inversiones de mayor riesgo, debido a la debilidad de              sus instituciones. De hecho, Bolivia aparece en el penúltimo lugar              de los países sudamericanos tomando en cuenta el ambiente político,              por delante sólo de    Venezuela.
 
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