María Elena Navas BBC Ciencia |
Este mecanismo, sin embargo, ocurre en la misma región cerebral donde pueden surgir irregularidades que conducen a la depresión.
Ésas son las conclusiones de investigadores de la Universidad de Nueva York y la Universidad de Londres publicadas en la revista Nature.
El estudio, afirman los expertos, podría conducir a un nuevo entendimiento sobre los orígenes de los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad.
"Los psicólogos han sabido esto desde hace mucho tiempo, que el ser humano tiende a ser optimista sobre el futuro aún cuando la evidencia que se le presente sugiera lo contrario", dijo a la BBC la doctora Elizabeth Phelps, profesora de la Universidad de Nueva York y autora del estudio .
Por ejemplo, agrega, a menudo sobrestimamos nuestras perspectivas de vida y nuestras posibilidades de éxito.
Y subestimamos nuestras posibilidades de divorciarnos o padecer cáncer.
"Así que lo que intentamos en estudio fue comprobar esto en términos de las funciones cerebrales", afirma la autora.
Dos regiones
La investigación demostró que esta tendencia a ver el mundo "color de rosa" se genera en dos regiones particulares del cerebro: la amígdala y la corteza cingulada anterior rostral.
Los científicos utilizaron tecnología de imágenes de resonancia magnética funcional (IMRF) para examinar las funciones cerebrales de individuos a quienes se pidió que imaginaran posibles eventos futuros, como ganar un premio o terminar una relación amorosa.
"Cuando los participantes imaginaron eventos futuros positivos -afirma la doctora Phelps- detectamos una activación en la amígdala y la cingulada anterior rostral".
"Y éstas son las mismas regiones del cerebro que parecen mostrar un mal funcionamiento cuando ocurre la depresión", agrega.
Los científicos agregan que los participantes más optimistas mostraron una mayor actividad en esas regiones cuando imaginaron eventos futuros positivos.
Se sabe que la gente que sufre depresión a menudo muestra irregularidades o actividad anormal en estas dos regiones cerebrales.
Y esto a su vez está relacionado a una visión pesimista o negativa de la vida.
Depende de cada persona
Según la doctora Phelps, "hay muchas variaciones entre individuos, pero en general, la gente que no es optimista a menudo sufre depresión, y es muy interesante notar que la misma región del cerbero involucrada con el optimismo está también involucrada con el pesimismo".
Los participantes, que también llenaron un cuestionario psicológico, demostraron una tendencia a generalizada a esperar que los eventos positivos sucedan en un futuro más cercano que los eventos negativos.
Y también imaginan los eventos positivos con mayor intensidad que los negativos.
"Nuestros resultados sugieren que mientras que el pasado es limitado, el futuro está abierto a la interpretación, y esto permite que la gente se distancie a sí misma de posibles eventos negativos y tienda más a imaginar eventos positivos", afirman los científicos.
"Entender el optimismo es fundamental -dice Phelps- ya que éste no sólo está relacionado con nuestras actitudes hacia la vida, sino también con la salud mental y física ya que nos ayuda a funcionar en el mundo de forma psicológicamente positiva".
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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